
ELECTRONIC MUSIC
La música electrónica es nuestra droga
La música electrónica usa sonidos puros, completamente calibrados.
Es música creada con medios electrónicos. Este concepto incluye la música compuesta con cintas magnetofónicas (que sólo existe sobre la cinta y se interpreta por medio de altavoces), la música electrónica en vivo (creada en tiempo real con sintetizadores y otros equipos electrónicos), la música concreta (creada a partir de sonidos grabados y luego modificados) y la música que combina el sonido de intérpretes en vivo y música electrónica grabada. Si bien estos tipos de música se refieren en principio a la naturaleza de la tecnología y las técnicas empleadas, estas divisiones son cada día menos claras. Hoy está en uso otra terminología como música por computadora, música electroacústica o música radiofónica, unas definiciones que suelen referirse más a la estética que a las tecnologías utilizadas.

Entre los exponentes más destacados de la actualidad se encuentran: DJ Tiësto, Hernán Cattáneo, Paul Oakenfold, Underworld, Paul Van Dyk, David Guetta y, claro, la lista sigue… No puede olvidarse que este estilo, originado en países de habla inglesa, ha alcanzado una repercusión notable con grandes exponentes en América Latina. En estos primeros años del siglo XXI, la música electrónica es la corriente más difundida en las discotecas y en los recitales masivos a cielo abierto de las temporadas estivales, dado que su particular característica permite la rápida tentación de la danza y la contagiosidad del ritmo conduce a disfrutar de este estilo musical que parece haber llegado para quedarse.
La música electrónica es, con relación a la música en general, un campo muy nuevo que ha sabido adaptarse a los rápidos avances tecnológicos. En años recientes ha habido enormes avances en la tecnología interactiva y multimedia, de gran influencia en el carácter de la música electrónica y en su interpretación.
La disponibilidad de cada vez mayor tecnología de comunicaciones como Internet y otras redes informáticas han permitido a los compositores intercambiar programas de música e incluso sonidos grabados. Si se observa este género de forma aislada, tanto desde el punto de vista de los compositores como del público


